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Romper con alguien no solo duele en el corazón: también impacta el cuerpo, la mente y hasta la productividad laboral. Esa mezcla amarga de nostalgia, vacío y ansiedad, popularmente conocida como “tusa”, es tan común como temida. Sin embargo, se puede superar. Para ello, existen estrategias concretas respaldadas por estudios científicos y la experiencia de expertos en salud emocional.
“Una tusa es mucho más que una tristeza pasajera por el fin de una relación. Es un proceso de duelo, similar al que se vive con la muerte de un ser querido. Implica reestructurar tu identidad y tus rutinas, redefinir tu sentido de futuro y gestionar una fuerte carga de emociones contradictorias”, explica el psicólogo clínico Álvaro Campos, en entrevista con El Espectador.
Un estudio publicado en The Journal of Positive Psychology en 2015, realizado por los investigadores Grace Larson y David Sbarra de la Universidad de Arizona, analizó cómo las personas lidian con el fin de una relación sentimental. El estudio incluyó a 210 adultos jóvenes que habían terminado recientemente una relación significativa. Se les hicieron seguimientos durante nueve semanas en las que se evaluó su nivel de afectación emocional, su narrativa sobre la ruptura y su evolución anímica.
¿La conclusión? Superar una tusa toma tiempo, pero hay factores que aceleran el proceso y mejoran la calidad emocional de quienes lo viven. Según el estudio son:
1. Llorar… pero no quedarse atrapado en el drama
El primer infaltable, según el doctor Campos, es permitir que las emociones fluyan. “Negar el dolor de la pérdida no lo hace desaparecer. El llanto, la tristeza, el enojo, la frustración… son naturales. Hay que vivirlos, sin negarlos, pero también sin alimentarlos innecesariamente con pensamientos obsesivos como ‘nunca volveré a amar’ o ‘fui un fracaso’”, explica el especialista.
Larson y Sbarra encontraron en su estudio que las personas que se permitieron hablar abiertamente de sus emociones durante las primeras semanas de la ruptura tendieron a recuperarse más rápido. En contraste, aquellos que evitaban el tema o lo minimizaban mostraban mayores niveles de ansiedad semanas después.
Recomendación práctica: escriba una carta (que no necesita enviar) donde exprese todo lo que siente. Esto ayuda a ordenar el caos emocional y evita que las emociones se repriman o se desborden.
2. Reconectar con uno mismo: redescubrirse
“Una relación sentimental, sobre todo si fue larga o intensa, tiende a fusionar identidades. Muchas personas sienten que pierden una parte de sí mismas cuando la relación termina. Por eso, el segundo paso es reconectarse con uno mismo”, dice el doctor Campos.
La ciencia lo respalda. El estudio de Larson y Sbarra observó que quienes retomaban actividades individuales –como pasatiempos previos, rutinas propias o relaciones de amistad independientes– tendían a reconstruir más rápido su autoconcepto y autoestima.
Campos agrega: “Esto no se trata de hacer cosas solo para ‘distraerse’, sino para recordarse que uno es mucho más que la ex pareja. El arte, el deporte, la música, la escritura o los viajes pueden ser herramientas poderosas para redescubrir lo que a uno le apasiona”.
Recomendación práctica: haga una lista de cosas que siempre quiso hacer y nunca hizo por la relación. Comience por la más pequeña. Cada logro será una reafirmación de su identidad.
3. El entorno importa: rodearse de vínculos sanos
Uno de los errores más comunes en medio de una tusa, según Campos, es aislarse. “Muchas personas piensan que deben ‘encerrarse’ para sanar. Sin embargo, el aislamiento refuerza pensamientos negativos y aumenta el riesgo de ansiedad o depresión”, asegura.
Larson y Sbarra también hallaron que la calidad del círculo social influía directamente en el nivel de recuperación emocional. Quienes tenían amistades empáticas y un entorno de apoyo constante mostraron mejores indicadores emocionales en cada una de las fases del estudio.
Eso sí, Campos hace una advertencia: “No todas las compañías ayudan. Si alguien lo invita a ‘olvidar con licor y excesos’, está prolongando el dolor. Busque vínculos que lo impulsen, no que lo hundan”.
Recomendación práctica: programe al menos una actividad semanal con amigos o familiares que le hagan bien. Incluso una videollamada puede ser suficiente para sentirse acompañado.
4. Cero contacto (al menos al principio)
Aunque suene duro, el doctor Campos es claro: “El contacto con la ex pareja debe cortarse, al menos en la fase inicial de la ruptura”. El estudio citado encontró que las personas que mantenían comunicación frecuente con sus ex parejas (ya sea en persona, por mensajes o redes sociales) mostraban niveles significativamente más altos de ansiedad y menor claridad emocional.
“La mente necesita distancia para reorganizarse. Ver fotos, mensajes, estados o frecuentar los mismos lugares solo mantiene viva una ilusión. No es madurez aferrarse; madurez es saber soltar”, enfatiza Campos.
Recomendación práctica: bloquee temporalmente los perfiles de su ex en redes sociales. No se trata de odio ni inmadurez, sino de autocuidado emocional.
5. Buscar ayuda profesional si es necesario
Por último, el doctor Campos insiste en que la salud mental debe ser tomada con la misma seriedad que la física. “Si después de varias semanas siente que el dolor es igual o peor, que no puede dormir, que perdió el interés por todo, o que su tristeza se convierte en desesperanza, es hora de pedir ayuda profesional”, explica.
El estudio de la Universidad de Arizona sugiere que quienes hablaron con un terapeuta durante la ruptura no solo se recuperaron mejor, sino que aprendieron habilidades emocionales útiles para relaciones futuras.
Recomendación práctica: no espere “tocar fondo” para pedir ayuda. Un psicólogo no solo trata enfermedades; también enseña a navegar procesos emocionales complejos.
La tusa no es el final: es una transición
Superar una ruptura amorosa no significa olvidar lo vivido ni borrar los recuerdos, sino integrarlos a la historia personal como una etapa más, con sus aprendizajes y cicatrices. “Las tusas son oportunidades de crecimiento, aunque no lo parezca en el momento. Aprendemos a conocernos mejor, a valorarnos más y a amar con más conciencia en el futuro”, concluye el doctor Campos.
Y aunque no hay una fórmula mágica ni un calendario exacto, aplicar estos cinco infaltables –sentir, reconectar, rodearse, cortar contacto y buscar ayuda si es necesario– puede marcar la diferencia entre hundirse en el dolor o transformarlo en una nueva versión de uno mismo.
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